A terminar el trabajo en medio de la emboscada

Muchas cosas hemos leído desde que el árbitro señaló la semana pasada el final del partido de ida de los octavos de final de la Copa del Rey entre Atlético de Madrid y Real Madrid. Desde cosas como que los rojiblancos ya están clasificados y el Bernabéu será un puro trámite, hasta que el Madrid es poco menos que favorito y que apela por enésima vez al espíritu de Juanito. No sé si el mítico jugador blanco estará en paz allí donde esté, pero descansar no le dejan. Pero ni tanto, ni tan calvo, que reza una tradicional expresión castiza. El Atlético trae una ventaja importante del partido de ida (2-0) y por ello, creo que el cartel de favorito debe ir a su nombre, pero no olvidemos el escenario ni el rival que estará enfrente. El Real Madrid jugará la baza de la épica para llenar el Bernabéu y la Castellana, horas antes de que eche a rodar el balón, pero que no les cuenten cuentos, ya lo dijo ayer Simeone, los que juegan son los que estarán sobre el tapete y ahí, el Atlético lleva un tiempo demostrando que puede tumbar al conjunto merengue.

Trámite para unos, vital para otros

El partido que medirá esta noche al Hospitalet y al Atlético, es un ejemplo más de lo mal confeccionada que está la Copa, para que el pez grande se coma siempre al pequeño, y si no fuera así a la primera, siempre nos quedará la vuelta, en este caso, en el Vicente Calderón, la fortaleza inexpugnable. Ya quedó atrás la época en la que algún equipo humilde sin nada que perder, daba la sorpresa a alguno de los gallitos de la competición. Desde hace un tiempo hasta ahora, los colosos del fútbol español se han dado cuenta de que la Copa es una oportunidad inmejorable para salvar una temporada y han decidido tomársela en serio.

‘Los cinco del Cholo’

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El parón que ha sufrido la competición liguera debido a los encuentros disputados entre selecciones nacionales, ha generado un exilio masivo en la plantilla del Atlético de Madrid. El Cholo tan sólo podrá contar con cinco jugadores del primer equipo durante estos días: Moyá, Jesús Gámez, Siqueira, Mario Suárez y Gabi. El preparador argentino ha diseñado un plan específico para estos futbolistas, prestando especial atención al lateral brasileño, cuya temporada está siendo una montaña rusa en cuanto a su rendimiento. El pasado domingo realizó un mal partido ante la Real Sociedad y fue expulsado, después de haber enlazado tres grandes choques ante Getafe, Malmo y Córdoba.

Ansaldi o Siqueira, un daño ‘colateral’

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El pasado verano, Filipe Luis, que de la mano de Diego Pablo Simeone se había convertido en el mejor lateral izquierdo del mundo, decidió abandonar la disciplina colchonera poniendo rumbo a Londres, concretamente, al Chelsea. Esto genero una situación incómoda dentro del Atlético de Madrid, donde se había perdido la confianza en Insúa y que en esos momentos, perdía a su baluarte en el carril izquierdo. Para cubrir la baja del brasileño, llegó un compatriota y viejo conocido de la afición española, Guillerme Siqueira. Entre todos los candidatos, era quizá el más parecido a Filipe en cuanto a bagaje ofensivo. Las sensaciones que dejó en el Benfica portugués y en el Granada, fueron positivas y parecía estar preparado para dar el salto al conjunto rojiblanco. Además, el Cholo solicitó el fichaje de Ansaldi, lateral del Zenit, más sobrio en defensa y con la peculariedad de manejar los dos pies con igual soltura. De esta forma, la competencia estaba servida.

El atasco por ‘sistema’

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El último verano del Atlético ha sido muy movido. La marcha de algunas de las piezas clave que llevaron al conjunto rojiblanco a ser campeón de Liga y subcampeón de Champions, como Diego Costa, Filipe Luis o Courtois, han traído consigo una revolución que todavía hoy, sigue azotando a los hombres del Cholo. Para cubrir las bajas, se invirtió una gran cantidad de dinero, contratando a hombres de la talla de Mario Mandzukic, delantero titular del Bayern de Múnich campeón de Europa; Guillerme Siqueira, a priori, la opción más similar a Filipe; o Miguel Ángel Moyá, que aunque su experiencia en el más alto nivel se limitaba a una corta etapa en Mestalla, se había ganado dar el salto desde hacía tiempo. Los recambios, aunque de un perfil diferente al de sus antecesores, parecían ser de garantías, pero encajar las piezas y cambiar el estilo de juego para que estas se adapten, se está convirtiendo en un quebradero de cabeza para Simeone.