Torres cerró bocas y silenció al Bernabéu

Despojo, mediocre, fracasado… Estos son sólo algunos de los adjetivos atribuidos a Fernando Torres en los últimos años, pero ayer el Niño se cobró la revancha, y además, por partida doble. El delantero de Fuenlabrada nunca había marcado al Real Madrid en el Bernabéu, pero ayer, cuando más lo necesitaba su equipo, cuando la hinchada madridista se disponía a convertir el encuentro en un infierno para los rojiblancos, Torres apareció, y no lo hizo solo. A su lado estuvo Griezmann, al que el Cholo está convirtiendo en un jugador totalmente nuevo y con una mayor incidencia en el juego del equipo de la que tenía en San Sebastián. El francés fue el encargado de recuperar y asistir al internacional español en los dos goles. Juntos forman, no sólo la pareja con más tinte rubio de la Liga, si no también una de las más temibles.

A terminar el trabajo en medio de la emboscada

Muchas cosas hemos leído desde que el árbitro señaló la semana pasada el final del partido de ida de los octavos de final de la Copa del Rey entre Atlético de Madrid y Real Madrid. Desde cosas como que los rojiblancos ya están clasificados y el Bernabéu será un puro trámite, hasta que el Madrid es poco menos que favorito y que apela por enésima vez al espíritu de Juanito. No sé si el mítico jugador blanco estará en paz allí donde esté, pero descansar no le dejan. Pero ni tanto, ni tan calvo, que reza una tradicional expresión castiza. El Atlético trae una ventaja importante del partido de ida (2-0) y por ello, creo que el cartel de favorito debe ir a su nombre, pero no olvidemos el escenario ni el rival que estará enfrente. El Real Madrid jugará la baza de la épica para llenar el Bernabéu y la Castellana, horas antes de que eche a rodar el balón, pero que no les cuenten cuentos, ya lo dijo ayer Simeone, los que juegan son los que estarán sobre el tapete y ahí, el Atlético lleva un tiempo demostrando que puede tumbar al conjunto merengue.