A levantarse y seguir remando


Partido malo del Atleti ayer. El equipo estuvo completamente perdido en la primera parte e intentó reaccionar en la segunda, pero el marcador ya estaba muy cuesta arriba y las ocasiones no terminaron de llegar. El Barcelona recibía a los rojiblancos en plena crisis institucional y con la cabeza de Luis Enrique bajo la guillotina, pero tras el pitido final, la grada del Camp Nou ovacionaba a los suyos por el mejor partido de la temporada. Habrá quién se quede con ciertas decisiones de Undiano Mallenco y cada uno tendrá su versión, pero la realidad es que el conjunto catalán fue muy superior y se llevó los tres puntos con absoluta justicia.

Curiosamente el partido comenzó con un acercamiento del Atlético de Madrid, en lo que parecía una declaración de intenciones. Repito, parecía. La realidad fue muy diferente. Tras la jugada inicial, los que ayer vestían de gris empezaron a recular ante las constantes acometidas del Barcelona, que encomendaba su efectividad a unos inspirados Messi, Neymar y Luis Suárez. Si el tridente culé se reencuentra con su mejor versión, los éxitos están asegurados. Los de Simeone se defendían como podían, pero Giménez y Godín no daban abasto despejando balones y el equipo empezó a meterse muy atrás. Demasiado atrás. Tanto que Mandzukic y Griezmann se centraron más en tareas defensivas que en intentar generar peligro a la contra.
Con esta tesitura, el gol no podía tardar en llegar para el Barcelona, y así fue. En el minuto 11, una gran jugada de Messi y un cúmulo de imprecisiones de unos y otros, provocó que el centro del argentino le llegara a Neymar, que con la punta de la bota consiguió empujar a la red un balón que apunto estuvo de detener Moyá. No hubo reacción del bando visitante, ni mucha ni poca, nada. Tampoco le dieron opción los de Luis Enrique, que continuaron con la sexta marcha metida y con el martillo pilón en la mano, conscientes de que a ese ritmo, el segundo tanto sólo sería cuestión de tiempo.
Y este llegó pasada la media hora de encuentro, precedido de una mano de Messi. El tanto no debió subir al marcador reglamentariamente hablando, pero eso no implica que no fuera justo. El argentino fue una pesadilla para Gámez, pero no se engañen, lo hubiera sido para cualquier lateral que se hubiera puesto por delante. El jugadón del diez azulgrana fue culminado por Luis Suárez, que completó un gran partido y esta vez sí, se llevó su gol. Con este panorama, el Atlético se fue dando palmas al vestuario en agradecimiento por sólo perder 2-0. Diego Pablo Simeone sacó el manual del buen arengador y se preparó para recargar las pilas y sobre todo la moral de un equipo completamente desdibujado en la primera parte.
Se desconocen cuales fueron las palabras del técnico argentino durante el descanso, pero el equipo que salió en la segunda parte no fue el mismo de la primera. El Atlético saltó al césped con la convicción de que se podía remontar y aunque las ocasiones no terminaban de producirse, el partido cambió de dueño. Sólo Neymar, que ayer, más que correr, bailaba sobre el terreno de juego, conseguía mantener a flote al Barcelona en ataque. El conjunto colchonero obtuvo su premio antes de llegar al primer cuarto de hora de juego, aunque la validez de la forma fue muy discutible. Una de las primeras jugadas trenzadas del Atlético dio lugar a un gran pase de Griezmann a Gámez, que en una gran internada, pisó área y recortó a Messi, que le derribó sin digamos, demasiado empeño. El lateral hizo mucho por caer y Undiano picó. Mandzukic transformó la pena máxima y el partido se apretó. Lo grande que tiene este equipo es que hasta en un mal partido compite.
A raíz del gol del croata, el conjunto visitante empezó a generar inquietud en la grada del Camp Nou, que vio como un partido que tenían totalmente controlado se les podía escapar. Además, entró Fernando Torres, que no será el de antes, pero sigue infundiendo temor en este estadio. Un centro de Mandzukic para el Niño en una contra, apunto estuvo de significar el empate, pero Bravo estuvo rápido y se adelantó para evitar el desastre. Los del Cholo no encontraban la portería del guardameta chileno, pero sí lograban crear la incertidumbre con algún córner y falta lateral. El empate no llegó y el Barcelona mató el partido por medio de Messi y tras un error de la defensa atlética, que no supo despejar un balón envenenado dentro del área. Final del partido, 3-1 y ahora toca levantarse y seguir remando. El Bernabéu espera.

Deja un comentario, gracias